La población paraguaya ha dejado ver su descontento por la constante subida de los carburantes en el país, hecho que su gobierno ha atribuido al movimiento del mercado mundial.
Ante esa situación, la administración paraguaya planteó la reducción del impuesto selectivo al consumo, medida que, según sus detractores, beneficiaría a magnates, agronegocios y al narcotráfico más que al ciudadano de a pie pues, lejos de usarse para mantener el precio de los pasajes, que anunciaron una subida para marzo, el sector transportista consiguió una rebaja de solo el 4%.
Para tratar de paliar la situación, se planteó la creación del Fondo de Estabilización del Combustible, el mismo que contaría con un capital inicial de 100 millones de dólares, proveniente de una línea de crédito de 300 millones de dólares, que ya estaba contemplada para el Presupuesto 2022. Se espera la aprobación de ambas cámaras para su aplicación, sin embargo, varios sectores están en contra de este préstamo, pues consideran que Paraguay ya está demasiado endeudado como para asumir una deuda que no beneficiará al grueso de la población afectada por el alza de los carburantes.
En lugar de acceder a ese préstamo, ha surgido la propuesta de hacer un trueque de electricidad por combustible con Argentina, para poder sobrellevar la subida constante del precio del combustible. En este sentido, en diciembre del año pasado se llevó a cabo un intercambio entre centrales hidroeléctricas de Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil Yacyretá e Itaipú, donde se realizó un ensayo de sincronización de sistemas en el marco de un plan cuyo objetivo final es la integración de los sistemas eléctricos.